Villamuriel de Campos es 
            un pueblo situado en la parte noroccidental de la Tierra de Campos, 
            en la provincia de Valladolid, a unos 52 kilómetros de su 
            capital. Pertenece al partido judicial de Medina de Rioseco y en 
            lo eclesiástico, aunque desde antiguo estuvo ligado a la 
            diócesis de León, hoy depende de la de Valladolid.  
                    El término 
            municipal tiene un extensión de 18,3 km2 y a través 
            de él, en su parte más baja y en dirección 
            norte-sur, discurre un arroyo que desemboca en el Valderaduey conocido 
            con varios nombres: Bustillo, Ahogaborricos, Aguaburros, Cagajonero... 
              La población actual del municipio escasamente 
            llega a los 100 habitantes.          La 
            forma más facil de llegar al pueblo desde Palencia es a través 
            de la C–612 y desde Valladolid por la N-601, hasta llegar a Medina 
            de Rioseco. Aquí se continúa por la C-612 unos cuantos 
            metros para tomar acto seguido a la derecha la carretera local que 
            a través de Palazuelo de Vedija nos conducirá hasta 
            Villamuriel.          Casas 
            de adobe  -hoy buena parte de ellas reconstruidas con primor- 
            junto a unas pocas cuya estructura denota un antiguo origen señorial, 
            calles limpias y un moderno ayuntamiento en una plaza florida presidida 
            por una iglesia reedificada en 1817 bajo la advocación de 
            San Pelayo, al lado de uno de los edificios más antiguos 
            del pueblo –el pósito-, configuran el paisaje urbano de este 
            pequeño enclave circundado por eras, chozos, palomares y 
            tierras de pan llevar, que en emocionado recuerdo evoca así 
            la poeta Pérez Herreras:                                  En 
            Castilla la Vieja dicen...,                                  aunque 
            de ella broten                                  flores 
            de malva y tréboles,                                  aunque 
            de ella nazca                                  la 
            miés más amarilla,                                  vive 
            un pueblo,                                  un 
            pueblo grande                                  en 
            el corazón de sus emigrantes,                                  un 
            pueblo chico                                  para 
            sus habitantes                                  VILLAMURIEL 
            DE CAMPOS...   |