"LA RUTA DE FRAY GERUNDIO CAMPAZAS"

Algo más que un nuevo itinerario

 

De no haberse dado novedades imprevisibles, cuando Vds. lean lo que sigue a continuación ya habrán discurrido algunos días desde la finalización de ese periplo tan peculiar llevado a cabo por un entusiasta grupo de jóvenes -chicos y chicas- que, bajo la denominación de Ruta de Fray Gerundio Campazas, recorrió el pasado mes de agosto, valiéndose de bicicletas y un carro tirado por un burro, las carreteras comarcales y viejos caminos carretiles que enlazan esos pueblos ubicados en la Tierra de Campos en torno a los valles de los ríos Sequillo y Valderaduey, en cuyo escenario discurrieron las excursiones del P. Isla así como las andanzas del personaje que da nombre a su novela más emblemática: Fray Gerundio Campazas, alias "Zotes?"

    Es más que probable que para los que no hayan estado directamente implicados, la realización de esta ruta haya pasado desapercibida y en todo caso, si algo oyeron o leyeron, no es nada extraño que de primeras, sin entrar en más profundidades, haya sido considerada como una más entre las que surgen y tienen lugar a lo largo del verano bautizadas con nombres más o menos acertados, para seguir la moda al uso de refrescar por este medio la memoria o las vivencias de determinados personajes, reales o novelescos; así fueron apareciendo La ruta de Don Quijote, La ruta del calatraveño, La ruta de los conquistadores, La ruta de los foramontanos, etc., por citar algunas de las más nombradas, hasta llegar a casos ridículos que, por excesivamente localistas o carentes de interés, probablemente hubieran sido objeto de despiadada chanza precisamente por el P. Isla, autor del libro que da título a la ruta a que nos referimos.

Evidentemente no se trata de nada de esto último. En principio refrescar la memoria histórica de este emblemtáico personaje, ligado tan estrechamente a la historia y la cultura de Tierra de Campos, ya es un acierto en s mismo bien sea como preámbulo de la celebración del tricentenario de su nacimiento o sin él. Pero es que no sólo es eso; los promotores de la idea, el alcalde de Santa Eufemia del Arroyo a la cabeza además de otros ediles de la zona, contando con un grupo de jóvenes vinculados de alguna forma a estos pueblos a los que aman y no desean ver como se van extinguiendo poco a poco, pretenden iniciar un proceso en el que la Ruta no constituya un objetivo per se sino un primer paso, un medio para obtener información y realizar una especie de estudio socio-económico-cultural a poner a disposición de los ayuntamientos afectados (pueblos por los que discurre el itinerario pertenecientes a las provincias de Valladolid, Zamora y León, con escaso número de habitantes y demandas sociales específicas muy semejantes, que poco tienen que ver con las que se plantean en otros núcleos de mayor entidad) de manera que éstos cuenten con una información sólida y rigurosa que les sirva no solo para facilitar la cohesión entre ellos y contribuir a "dinamizar" culturalmente Tierra de Campos", sino también para que su voz sea oída con fuerza suficiente en los distintos foros en los que acaso se está decidiendo su futuro, y que sus criterios sean tenidos en cuenta.

Es necesario que así sea -dicen- y algo se debe de estar moviendo ya en este sentido; un ejemplo muy significativo es lo ocurrido en el debate de ordenación del territorio que ahora se está gestando, en el seno del cual se han alzado voces críticas que han puesto en evidencia el peso excesivo de los criterios economicistas manejados con olvido del humanismo: "es imprescindible que aparezca la persona como elemento principal del progreso y desarrollo de la comunidad", ha dicho la Iglesia.

Ese humanismo parece estar bien presente entre los promotores de la Ruta que comparten con el P. Isla, además del apego a la tierra que le vió nacer, algo en lo que no desean que se caiga y que sería objeto de especial chanza por parte del socarrón jesuita : las "gerundiadas", actuaciones pedantes y vacuas alejadas de la realidad. El grupo es muy consciente del reto que esto representa y las dificultades que entraña conectar con el sentir de una población envejecida y escéptica ante un proyecto que de primeras más de uno calificará como de utópico, por éso, pegados a la tierra, acometen esta primera parte de su plan con ese único objetivo al que nos hemos referido -ellos lo denominan Conocer la Tierra de Campos- , que ya ha recibido los primeros apoyos de las tres Diputaciones (Valladolid, León y Zamora) y de los Ayuntamientos implicados lo que, sin duda, es un estímulo al trabajo desinteresado y al empeño puesto por el grupo en cuestión. De éso quien esto escribe pude dar fé porque tuvo la oportunidad de vivir muy de cerca una de las jornadas iniciales de los "chicos del carro", como les empezaron a llamar en los primeros pueblos en que pernoctaron, y tengo que decir de ellos que me llamó la atención su entusiasmo para intentar conectar con la gente, tras una jornada de "polvo y sudor" realizada en plena canícula; jornada que no acabó ahí: después de la cena, bien avanzada la noche, les ví montar sus tiendas bajo la luna llena en una era donde empezaba a soplar el "amargacenas" con arrestos y alegría suficientes para sacar conclusiones de la jornada y plantear el programa del día siguiente, a pesar del agotamiento y de un burro que no cesaba de rebuznar. Sólo por éso ya merecen que se les preste atención; por éso y porque, además, su objetivo último, aunque sea a paso de burro, "es formar parte de un proceso más amplio que pare de una vez la pérdida de población de esta comarca e inicie un proceso de recuperación económica y social que ofrezca a las generaciones más jóvenes esperanza de vida dentro de ella"

 

 

                    Francisco Pérez Garzón

 

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